Rápidamente aparecieron casos de nepotismo y de malos tratos al personal del Conacyt, sobre todo del subejercicio de recursos que no pudo justificar ante diputados de oposición; tan sólo pudo decir que esos millones se usaron para las obras prioritarias del Gobierno Federal. De modo que el Ejecutivo federal no tuvo más que recular a sus pretensiones, su intención era tener al frente de la SEP a una persona a la que pudiera manipular y manejar a su antojo.
Por eso hoy por la mañana, con una pregunta a modo, pudo justificar su recule ante una María Elena Buylla, al punto del llanto, mismo que fingía con una nerviosa sonrisa. Ni hablar, ahora tendrá que buscar otra candidata entre sus incondicionales, desde luego, que no tenga mucha cola que le pisen.