En el edén tabasqueño hay preocupación, después de que Carlos Manuel Merino, gobernador interino de Tabasco, mandara a desalojar de la plaza principal de Villahermosa a un poco más de 50 maestros cuando reclamaban mejores prestaciones y el pago del retroactivo salarial. Las fotografías que mostraron a varios maestros golpeados, ocasionaron un malestar generalizado a lo largo y ancho del país. Sin embargo, el SNTE hizo mutis por lo sucedido. Resulta interesante señalar que la ley garrote fue impulsada por el actual secretario de Gobernación, quien en estos momentos busca ser el sucesor de su paisano, ya que no sólo cuenta con las credenciales para serlo, sino que cuenta con la venia del amo y señor de la 4T.
Lo grave del caso es que esa golpiza que recibieron los maestros, será completamente gratuita y sin consecuencias, sobre todo porque el que debería levantar la voz para condenar esa acción, se ha quedado completamente callado.
Nos referimos al coahuilense Alfonso Cepeda Salas, quien no quiere incomodar ni con el pétalo de una protesta al inquilino de Palacio Nacional. De modo que los maestros, no sólo de Tabasco, sino de todo el país, deberán pensarle dos veces para hacer una protesta, ya que el SNTE no meterá las manos por ellos. Así las cosas con los huérfanos sindicales.
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