Dos Bocas, como inaugurar una casa en obra negra. “Lo que yo veo es que todavía le falta mucho a esto”, dicen trabajadores

¿Usted armaría una fiesta con asado y mariachis, con pastel y cervezas para que sus amigos fueran a contemplar su casa en obra negra? FOTO: WEB

¿Usted armaría una fiesta con asado y mariachis, con pastel y cervezas para que sus amigos fueran a contemplar su casa en obra negra? Contemplando la casa en obra negra, ¿les diría que se trata de una inauguración? Pues eso es lo que hizo el presidente López Obrador con su refinería de Dos Bocas, requerir de invitados especiales, de esos que no cuestionan nada, para pregonar que ya está lista la obra magna de su administración. Pero nada está listo, todo está en obra negra; por ahí pusieron algunos tanques de almacenamiento para hacer creer que están llenos, pero por las escasas tuberías de esa refinería no circula ni el aíre.  

No hay petróleo crudo para refinar y mucho menos hay gasolina para inaugurar. Hasta los trabajadores de Dos Bocas están asombrados de que se vaya a inaugurar algo que no está ni al 50 por ciento de su construcción. Entrevistado por algunos medios, Alberto, un trabajador que nació en la Ciudad de México comenta: 

Hasta ahorita me cae el veinte lo de los trabajos a marchas forzadas con lo de la inauguración, aunque me imagino que sólo viene a inaugurar unas áreas, porque lo que yo veo es que todavía le falta mucho a esto”. Los cálculos de los analistas son que en Dos Bocas se podrá refinar gasolina hasta después de 2024, cuando López Obrador sólo sea un mal recuerdo. 

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