Hay varias cosas que hay que entender sobre López Obrador cuando habla de Veracruz. En Veracruz gobierna su hijo idiota, ese que asume su discapacidad con arrogancia y que hasta la presume en redes sociales con mensajes incomprensibles donde se agrede al español con una sintaxis que haría llorar a los gramáticos. Por ello el presidente se debe esforzar más para ocultar su error, haber puesto al frente de un estado tan importante electoralmente en manos de un incapaz. Ahora el presidente, entre las tantas mentiras que dice en sus mañaneras, declaró que con Verónica Hernández Giadáns, la fiscal espuria, el cambio es notorio, demostrable.
Dijo el presidente: «Lo de que Veracruz cambió el Fiscal, yo no sé si tenía vínculos con la delincuencia pero es evidente, probable, demostrable, que a partir de que hubo ese cambio mejoraron las cosas». De acuerdo con los números proporcionados por el Centro Nacional de Información del Gobierno Federal, en Veracruz los índices de feminicidios han crecido; somos el quinto lugar en feminicidios en todo el país. En secuestro somos el segundo lugar, en robo a vehículos el sexto lugar, en extorsión el octavo lugar, en violencia familiar el octavo lugar.
En la última encuesta de Arias Consultores, Veracruz es el último lugar en cuanto a seguridad. A la pregunta de ¿cómo se siente viviendo en su entidad?, el 90 por ciento de los veracruzanos no se siente seguro viviendo en Veracruz. Claro que es notorio el cambio en Veracruz con la llegada de la fiscal espuria, y no lo decimos nosotros, lo dicen las instituciones de Presidencia y las casas encuestadoras.
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