Bernardo Gutiérrez Parra / Al menos en un par de ocasiones la Fiscal estatal Verónica Hernández Giadáns ha comparecido ante los diputados locales y estas visitas, aunque no han estado exentas de raspones, han sido más bien tersas, cómodas y sin mayores sobresaltos. Pero las cosas están por cambiar y de manera muy radical.
Bien apadrinada y protegida, Verónica se sintió intocable y le dio por torcer la ley hasta que se dio un frentazo al encarcelar a José Manuel del Río Virgen.
Es hasta ahora cuando el ex legislador papanteco se encuentra en libertad, que la señora debe estar dimensionando el error garrafal que cometió al encarcelarlo sin ninguna prueba de que haya sido el autor intelectual de un asesinato, y de ignorar las recomendaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos en el sentido de que estaba violando las garantías individuales de José Manuel.
Este error le puede costar la chamba y su libertad.
La CNDH tiene la potestad de solicitar al Senado de la República que un funcionario comparezca cuando no acepta sus recomendaciones para que explique los motivos de su negativa. Si los senadores no quedan satisfechos con sus argumentos turnarán el caso a la Fiscalía General de la República para que deslinde responsabilidades.
Y es por ahí por donde la pueden torcer.
Muy a su pesar Verónica Hernández tendrá que comparecer ante el Senado donde se topará cara a cara con el hombre que envió a prisión; con Ricardo Monreal, del que se pitorreó en privado como el gobernador Cuitláhuac García lo hizo en público, y con Dante Delgado Rannauro que es casi casi hermano de José Manuel.
Nomás entre ellos tres la van a hacer pedazos. Pero todo indica que al festín se agregarán los senadores del PAN, PRI y PRD.
Verónica no sólo deberá responder por desacato a la CNDH en el encarcelamiento de José Manuel del Río, también deberá hacerlo por el encarcelamiento de Rogelio Franco Castán, Pasiano Rueda y Tito Delfín a los que la Fiscalía no ha podido probarles los delitos que les imputa.
Y ya estando ahí los senadores le van a sacar otros trapos al sol como por ejemplo, pruebas documentadas de tortura y fabricación de culpables, como es el caso de Yuli Raquel que fue torturada y violada por agentes ministeriales antes de ser condenada (sin ninguna prueba sólida) a 60 años de prisión por asesinato.
También deberá explicar sobre el maltrato a familiares de desaparecidos y por casos de corrupción en la Fiscalía.
En fin lector, la funcionaria no tendrá un día de campo con los legisladores y para colmo, poco o nada podrán hacer Cuitláhuac García y el secretario de Gobierno, Eric Cisneros, responsables de encaramarla en el cargo.
Corre la versión de que el miércoles anterior Cuitláhuac recibió un fuerte jalón de orejas, no por la camioneta de 2 millones de pesos y blindaje especial con la que llegó a Palacio Nacional, sino por el cochinero que hizo la Fiscal con el caso Del Río Virgen. Para evitar males mayores le ordenaron que por muy “autónoma” que sea la señora la mande a su casa.
Real o falsa la versión es intrascendente.
Si la corre Cuitláhuac la dejará en la indefensión y a merced de la venganza de algún resentido; sin contar con las acusaciones penales que habrá de enfrentar. Pero si sigue en su puesto tendrá que comparecer ante el Senado y una vez que lo haya hecho, comenzará el principio del fin de su carrera como Fiscal y en una de esas, el principio de su camino rumbo a una prisión federal.
Pobre mujer, vaya con su terrible encrucijada. Por donde se le mire, su pesadilla apenas está por comenzar.
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