El presidente Andrés Manuel López Obrador, quien asumiera la presidencia en diciembre de 2018, sigue echando la culpa de la violencia que se vive en el país a los presidentes anteriores. En su conferencia mañanera el presidente reprochó al expresidente Felipe Calderón por culparlo de la muerte de los dos jesuitas y del guía de turistas en Chihuahua. Señaló el presidente López Obrador: «Hasta Felipe Calderón se atreve a culparnos, en el colmo del cinismo y la hipocresía». Sobre “El Chueco”, a quien se acusa de ser el autor de estos asesinatos, el presidente reflexionó: «¿O el señor (“El Chueco”, señalado del crimen) acaba de empezar su carrera delictiva? No, y seguramente fue tolerado. Y esto lo saben bien los jesuitas y lo saben bien los que viven en Urique, Chínipas, en Creel, en Batopilas, saben bien cómo se fue creando toda esta organización y el contubernio con autoridades».
Tres años y medio después de asumir el control del país López Obrador no se puede hacer responsable de lo que pasa en el país; tres años y medio y el presidente sigue vendiendo el discurso falaz de que los que ocurre en el país no es culpa de su gobierno, sino de los presidentes anteriores.
Si José Noriel Portillo, “El Chueco”, ha estado generando violencia desde los sexenios anteriores, como hace ver el presidente, ¿qué ha hecho su gobierno para combatirlo en estos tres años y medio? Van a pasar los seis años del gobierno de López Obrador y el presidente seguirá echando la culpa a los otros. Por eso la violencia sigue desatad, porque no hay un presidente que se ocupe de combatir a los criminales.
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