Armando Ortiz / En agosto de 2019, ante la urgencia de un “chivo expiatorio” para acallar la exigencia de justicia por la masacre del bar Caballo Blanco en Coatzacoalcos, el gobernador de Veracruz dio un nombre al presidente López Obrador. Ávido de arrojar esa papa caliente al entonces fiscal Jorge Winckler, Cuitláhuac García le dijo al presidente que el autor material era Ricardo “N”, alias “La Loca”, un sujeto de poca monta al que hizo líder del Cártel Jalisco Nueva Generación. El gobernador de Veracruz, mentiroso por conveniencia, agregó que “La Loca” había sido liberado por Jorge Winckler. Todo resultó ser una mentira. El mismo Ricardo “N” en un video que circuló en redes sociales declaró: “Quiero que sepan que no fui yo y la neta me tuve que ir de Coatza porque a mí los navales me detuvieron dos veces el mes pasado y me sembraron droga y huachicol”. Ahora el gobernador de Veracruz anuncia que la FGR atrapó al verdadero responsable de la masacre de Caballo Blanco, en la que murieron 28 personas. En sus redes sociales anotó el gobernador: “Esta última instancia el día de hoy nos confirmó que Edgar N (a) ‘El Negro’ fue puesto ante la autoridad judicial y recluido en Coatzacoalcos en la presunción de cometer homicidio y homicidio en grado de tentativa y presuntamente como autor intelectual del caso de Caballo Blanco en esa ciudad”. ¿Pues no que había sido “La Loca”? Nos queda claro que, en procuración de Justicia, este gobierno sólo anda dando palos de ciego, lanzando acusaciones falsas al azar, metiendo a la cárcel a gente inocente y buscando chivos expiatorios. Como diría el senador Ricardo Monreal: “Vaya justicia local que tiene la población veracruzana: omisa, mediocre y ruin. No lo merece este pueblo tan extraordinario”.
Clara Luz Flores, exmiembro de la secta NXIVM, es ahora la titular del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública
En manos de quién nos está poniendo el presidente de México, en manos de una mujer con tan poca inteligencia y sentido común que cayó en las garras de Keith Raniere, líder de la secta NXIVM. Keith Raniere fue sentenciado a pasar 120 años en prisión. Este sujeto envolvió a Clara Luz Flores, fallida candidata de Morena a la gubernatura de Nuevo León. La señora, que a partir de hoy estará a cargo de las cifras y datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública, mintió sobre su pertenencia a la secta NXIVM, negó haber tenido trato con Keith Raniere. Cuando salieron los videos y las fotografías a la luz, donde se le veía junto con ese criminal, tuvo que reconocer que sí, que lo había conocido, pero que sólo tomó un curso de superación personal con él. Fue la revelación de esa relación lo que la hizo perder las elecciones a la gubernatura de Nuevo León. Pues el presidente, que ha dado muestras que lo que menos le interesa de México es su seguridad, ha puesto a esta mujer en una dependencia delicada, que maneja datos verídicos, cifras precisas para medir los niveles de violencia en el país. ¿Qué se puede esperar de una sectaria?
Crimen de jesuitas en Chihuahua, otra muestra de que el país ya es del crimen organizado; esos “seres humanos” que merecen nuestro respeto, diría el presidente
Gran indignación ha causado entre la sociedad chihuahuense el asesinato de dos sacerdotes jesuitas, quienes quisieron ayudar a una persona que llegó herida a su templo. Un comando acribilló al herido y a los dos jesuitas, después se robaron los tres cuerpos. De acuerdo con información reciente se señala a José Noél Portillo, El Chueco, del asesinato de los sacerdotes, un sujeto que según las autoridades es un gran generador de violencia. Sobre el caso el cardiólogo Ricardo Palma en sus redes sociales informó: “El día de hoy me avisan que tras asesinar a los dos sacerdotes en el poblado de Cerocahui, Chihuahua, sujetos armados irrumpieron en el Hotel Misión Cerocahui de Hoteles Balderrama y se llevaron a turistas incluyendo a MI PAPÁ”. ¿Cómo pueden actuar con tanta libertad e impunidad estos criminales? Desde la diócesis Tarahumara un comunicado reclama justicia y acusa al gobierno como responsable de la violencia: “No es sólo el que aprieta el gatillo sino también aquellos que teniendo el poder para detener esta barbarie y prefieren no hacer nada, ellos también son cómplices”. Pero ya lo dijo el presidente López Obrador: “Tenemos que ser respetuosos de los derechos humanos. Los delincuentes son seres humanos que merecen nuestro respeto y el uso de la fuerza tiene límites, básicamente es para la legítima defensa”. ¿Y las víctimas?
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