Muy ojetes se vieron los funcionarios de migración en México, pues se negaron a dar asilo a dos beisbolistas cubanos que habían asistido al Campeonato Panamericano Sub-23 con sede en la ciudad mexicana de Aguascalientes. Estos peloteros escaparon el miércoles cuando ya se iban a jugar las semifinales, su objetivo era cruzar la frontera para pedir asilo al gobierno de los Estados Unidos. Sin embargo, autoridades de migración en México los encontraron al día siguiente. Al principio se dijo que Alfredo Fradaga y Yosvani Ávalos habían regresado a su hotel por su propia voluntad, pero después se supo que fueron atrapados por autoridades mexicanas.
Claro que a estos dos desertores ya no los iban a dejar jugar las semifinales. De inmediato el gobierno mexicano los deportó a la isla de Cuba. El periodista deportivo Henry Moral dio seguimiento a este caso: Según diversas fuentes, los cubanos Alfredo Fradaga y Yosvani Ávalos no habrían regresado por su propia voluntad a la concentración.
Según me comentan, ambos jugadores fueron detenidos por autoridades mexicanas en un punto de control de la policía de ese país y devueltos al hotel”. Para no arriesgar que se fueran a escapar de nuevo, fue que se decidió mandar a los dos peloteros de inmediato a la isla, donde el gobierno cubano los tratará como desertores. Y uno se pregunta, si como dice el mismo presidente López Obrador, Cuba es un país democrático, ¿por qué sus ciudadanos quieren escapar?
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