Finalmente, la noche de este viernes 17 de junio, salió de prisión José Manuel del Río Virgen, quien fue puesto en la cárcel con acusaciones falsas y pruebas débiles, basadas en dichos y supuestos que la Fiscalía de Veracruz inventara. La justicia federal, como en otras ocasiones, puso en su lugar a la procuración de justicia en Veracruz. El gobernador de Veracruz había señalado que los tribunales federales torcían la ley, cuando en realidad la están enderezando. Un ejemplo reciente de cómo en Veracruz se tuerce la ley ocurrió cuando cinco jóvenes fueron aprehendidos, acusados de ultrajes a la autoridad; más tarde la torcida fiscalía aceptó pruebas falsas aportadas por los policías, quienes los acusaron de ser secuestradores; por cierto, el supuesto secuestrado nunca compareció.
No sólo los tribunales federales mostraron como se tuerce la ley en Veracruz, también la Comisión de Derechos Humanos incluso recomendó que se derogara el delito de ultrajes a la autoridad. El caso de Del Río Virgen es otro ejemplo de cómo el poder Ejecutivo, el Poder Judicial y la Fiscalía, pueden coludirse para llevar a cabo sus aviesos fines. Finalmente, un tribunal colegiado le concedió un amparo al secretario técnico de la Junta de Coordinación Política del Senado.
Con esta resolución Cuitláhuac García, Verónica Hernández Giadáns e Isabel Romero Cruz, quedan como tontos, como corruptos, como torcidos. Todavía la fiscal espuria se retuerce en su impotencia y señala que la resolución del tribunal que concediera el amparo no fue unánime. ¿Y eso qué? Como quiera que se la ley le permite la libertad al amparado, cuando dos de tres jueces, deciden concedérsela.
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