Pues resulta que esa práctica es contagiosa, ya que muchos secretarios no le dan la debida importancia al poder Legislativo y dejan esperando a los diputados o de plano ya no les contestan ni el teléfono. Tan sólo en esta semana, los representantes de la salud, como los titulares del Insabi y de la propia Secretaría de Salud, a cargo de Jorge Alcocer, fueron señalados de no atender los llamados que les hacen desde el Congreso Federal.
Para prueba basta un botón, ahí está el caso de Luisa María Alcalde, titular de la Secretaría del Trabajo, quien toma esos llamados como un llamado a misa, ¡Ah! pero no fuera un llamado del poder Ejecutivo, porque hasta en pijama aparecen en Palacio Nacional.