La frágil y fría cortesía institucional entre las corcholatas de AMLO, se puede romper en cualquier momento

Corcholatas
Claudia Sheinbaum Pardo, Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Monreal Ávila, Marcelo Ebrard Casaubón FOTO: WEB

Aún falta que transcurran lentamente 18 meses para las elecciones presidenciales del 2024, sin embargo, entre las diferentes hordas morenistas comienzan a sacar las hachas de guerra. Por un lado aparecen los puros que apoyan y siguen a Claudia Sheinbaum; por el otro, bajo la tutela de Mario Delgado, se agrupan los moderados que siguen a Marcelo Ebrard; los que se dicen fundadores de Morena se aglutinan bajo las siglas de Ricardo Monreal y, seguramente impulsado por el propio presidente, aparece Adán Augusto López. Desde luego que la fría cordialidad y cortesía institucional prevalece, no obstante, en los medios de comunicación comienzan a desmarcarse entre ellos mismos.

Uno de los que ha sufrido la ley del hielo por parte del presidente, es el pastor de los senadores morenistas, Ricardo Monreal, al que por cierto Mario Delgado, seguro mandado por el amo y señor de la 4T, lo ha conminado a que lo apoye coordinando a los senadores guinda en las elecciones para seis gubernaturas que se resolverán en unos cuantos días.

Por otro lado, en la Secretaría de Relaciones Exteriores, el canciller Marcelo Ebrard cocina su proyecto a fuego lento; sabe que el desgaste de Claudia Sheinbaum le beneficia de manera directa. Lo cierto es que, mientras la oposición aún no tiene una cabeza visible para el 2024, en Morena la caballada está gorda y rebosante, sin embargo, existe el riesgo de que, en cualquier momento, ésta se pueda romper.

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