La doble moral del presidente, sus fobias que lo trabajan, sus rencores que lo mueven. Cuando Donald Trump declaró que había doblado al gobierno de México, particularmente al presidente López Obrador, éste dijo simplemente: «Él así es». Minimizando de manera vergonzosa uno de los discursos más ofensivos que presidente extranjero se atreviera a lanzar en contra del gobierno mexicano. El gobernador de Texas, Greg Abbott, declaró que Texas estaba siendo invadido por inmigrantes.
Huy, pues por estos dichos López Obrador se sintió ofendido, y como no es Trump, ya salió a reclamar: «El gobernador de Texas, diciendo que va a declarar que están siendo invadidos por los migrantes, por los mexicanos, es una exageración, es muy deshonesto, es una desproporción (…) Yo entiendo que quieran los votos, pero en una de esa ni siquiera van a tener votos, porque no vamos a permitir que se ofenda a los mexicanos que han ido a Estados Unidos a trabajar honradamente».
Se le olvida López Obrador que Donald Trump, su amigo y doblador llamó a los inmigrantes mexicanos traficantes y violadores. Aquí le recordamos los dichos de Trump sobre los mexicanos: «Cuando México nos manda gente, no nos mandan a los mejores. Nos mandan gente con un montón de problemas, que nos traen drogas, crimen, violadores». ¿Y qué dijo el presidente? Se quedó callado.
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