Cuando los aqueos se dieron cuenta que no podían vencer fácilmente a los troyanos, idearon un artilugio con forma de enorme caballo de madera para introducirse en la ciudad fortificada de Troya. Los troyanos abrieron sus puertas confiadamente, ya que creyeron que era un regalo de sus adversarios en son de paz. Sin embargo, desconocían que en el interior del caballo iban los mejores guerreros, como consecuencia perdieron la guerra. Actualmente, la expresión caballo de Troya viene a significar algo que aparentemente es positivo, pero que se torna en destrucción para quien lo recibe.
La propuesta de reforma electoral que enviará AMLO a la Cámara de Diputados y que plantea sustituir el INE con el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas, con siete consejeros, que los partidos reciban dinero sólo para procesos electorales, eliminar plurinominales del Congreso y hasta regidores, es un caballo de Troya, por donde se quiera ver. La iniciativa que fue presentada en la mañanera por el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López; Horacio Duarte, titular de Aduanas; y Pablo Gómez, titular de la UIF, propone que el nuevo instituto electoral que sustituiría al INE cuente con siete consejeros que serán elegidos por los ciudadanos y propuestos por los tres Poderes de la Unión.
Y aquí es donde va disfrazado el equino maquiavélico, ya que Morena y sus huestes son especialistas en coaccionar a sus bases electorales ciudadanas e inclinar la preferencia o balanza a favor de los favoritos de la 4T. Tal parece que los morenos creen que los diputados opositores no se darían cuenta. Así de mañosos son los morenos.
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