Ese bodrio llamado reforma eléctrica, aun no nace y ya se encuentra muerto dentro del vientre de la 4T. Varios analistas consideran que el presidente López obrador sabía que no había ninguna posibilidad de que se lograra juntar la votación requerida, no obstante, según su experiencia en lides políticas, era necesario que a sociedad mexicana fuera testigo del rechazo que le hacían a su reforma, desde luego, para después poder capitalizarlo en sus conferencias mañaneras.
Es obvio, que asumirá el papel de víctima y por supuesto, a la oposición no los bajara de “traidores a la patria”. Además, las observaciones que le hicieron sus socios comerciales de Estados Unidos y Canadá, no fueron cualquier cosa. Se sabe que el país de las barras y las estrellas tiene preparadas varias demandas millonarias en caso de que se apruebe la reforma del presidente López Obrador.
Por cierto, el que no asoma la cabeza ni un centímetro es el exsecretario de gobernación, hoy flamante Director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Bartlett. Acaso será que sea por miedo a que le saquen sus trapos al sol. Ni hablar, de estos políticos, todo se puede esperar.
Comentarios