Resulta entendible que el presidente López Obrador no quiera escarbar ni hablar sobre el tema Scherer, sabe que es un tema delicado que en cualquier momento se puede desbordar y traer un acelerado desgaste a su gobierno. Y es que, no es poca cosa la serie de acusaciones que se han dado entre personajes centrales de la 4T. Las acusaciones hechas por Scherer contra Olga Sánchez Cordero y Gertz Manero, por un hombre que conoce a la perfección como se las gastan estos personajes, desnuda y deja a la luz pública las vísceras del gobierno de López Obrador.
Es cierto que el Ejecutivo federal, hasta el momento, ha dado todo su respaldo al fiscal Gertz Manero, sin embargo, el desgaste y descrédito por sostener a un funcionario, que investigaciones sólidas señalan que ha querido pervertir al poder Judicial y que no sólo eso, sino que departamentos y propiedades le brotan como hongos en varias partes del mundo, le podría salir muy caro.
Sin embargo, estas intrigas y acusaciones palaciegas no son poca cosa, dejan ver que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador no es impoluto e infalible como dice el presidente. De modo que, esos baños de pureza que se dan los funcionarios de la 4T, ya desentonan con una realidad que los ha alcanzado a la mitad de un gobierno que prometía mucho. En los hechos, los Morenos viene siendo una copia malhecha de la elite priista que tanto dañó a nuestro país.
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