Después de 7 meses, César Julián, yerno de Andrés Cuevas, consigue su libertad; «No estoy resentido, porque estoy vivo y sano, porque ya estoy con mi familia»

Julián
Después de 7 meses, César Julián, yerno de Abel Cuevas, consigue su libertad FOTO: FACEBOOK

A César Julián Herrera Víquez se lo llevaron los policías y lo mantuvieron desaparecido por más de 48 horas. Después de la presión que ejerciera la familia para su localización, la policía de Hugo Gutiérrez Maldonado, la misma que detuvo a seis jóvenes acusados de secuestro, reconoció que César Julián había sido detenido, acusado de ultrajes a la autoridad, custodia de un vehículo robado y posesión de droga. Pero nada de eso era cierto. La familia de César se movilizó, primero para exigir su localización, después para pregonar su inocencia: «César es un hombre de trabajo, entregado a su familia, en su casa lo espera su familia, es padre de familia, no un delincuente, exigimos que aparezca sano y salvo».

César Julián de 39 años tuvo que pasar siete meses en una prisión en Papantla, donde, por cierto, se dio cuenta que el suyo no era el único caso de injusticia. Llama la atención que particularmente a César Julián le inventaron una trama macabra. Siendo pariente político de Andrés Cuevas Melo, lo relacionaron con los Yunes de Boca del Río, lo acusaron de corrupción y de ser parte de un clan que se enriqueció a costa del erario público. Medios de comunicación afines al gobierno de Cuitláhuac García difundieron con vileza esa historia falsa para justificar una detención arbitraria.

Durante el tiempo que estuvo preso, los abogados de César Julián promovieron un amparo contra la vinculación a proceso. Finalmente, un juez federal concedió el amparo que dejó sin efecto la vinculación a proceso y ordenó la libertad inmediata del preso. Después de siete meses de encierro, el miércoles a las 04:00 horas César Julián Herrera Víquez salió libre. El juez que le concedió el amparo determinó que se habían violado sus derechos en el debido proceso; la Fiscalía no pudo sustentar una sola de las acusaciones en su contra.

Ya en libertad, César Julián se reunió con su familia, con sus hijos, con sus amigos. A pesar de los siete meses en la cárcel no está resentido, tampoco piensa enarbolar su caso como un ejemplo de la injusticia que se sufre por causa de las autoridades corruptas. «No estoy resentido -dice César-, primero porque estoy vivo y sano, segundo, porque ya estoy con mi familia».

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