Para variar, el presidente de todos los mexicanos no lamenta lo sucedido en el Corregidora; aprovecha para echarle la culpa a los neoliberales

Presidente
Andrés Manuel López Obrador FOTO: WEB
- en Carrusel, Opinión

Armando Ortiz / Hay que tener mucho estómago para aguantar al presidente Andrés Manuel López Obrador. Mientras que en todo el país hay una toma de consciencia por lo sucedido en el Estadio Corregidora de Querétaro, mientras muchos analistas lamentan el deterioro social que se vive en el país, el presidente de México aprovecha los hechos lamentables, en los que se puso en riesgo a familias enteras, para echarle la culpa a los gobiernos anteriores. Dijo el presidente en la mañanera de este lunes: “Ese es el camino, eso es lo que hemos iniciado, pero esto son rezagos de los gobiernos neoliberales anteriores, el periodo en el que apostó a la corrupción, a la impunidad y al abandono del pueblo”. Hace unos días en Michoacán un grupo armado fusiló a 17 personas en un velorio, el domingo en el juego del Querétaro y el Atlas ocurrió esta masacre. López Obrador ya lleva más de tres años en el poder y todavía sigue echándole la culpa a los gobiernos anteriores por lo que ocurre en la actualidad. ¡Hay que ser muy caradura para eso! Olvidándose de la inmoralidad de su familia y de sus funcionarios, López Obrador agregó: “Ante estos hechos lamentables, se debe continuar moralizando al país y atendiendo los orígenes de la violencia, las causas”.

Epigmenio Ibarra, el del fideicomiso de 150 millones, dice que el narco y la derecha conservadora urden un complot para desestabilizar al gobierno de la 4T

No es poca cosa lo que el gobierno de López Obrador le consiguió al productor de televisión Epigmenio Ibarra, nada más y nada menos que un fideicomiso de 150 millones de pesos. Es por ello que al fundador de Argos no le queda de otra que competir con Patricia Armendáriz en ver cuál de los dos es el más abyecto, el más lamesuelas, el más vil de los apologistas de López Obrador. En esta ocasión Epigmenio Ibarra publicó en su cuenta de Twitter lo siguiente: “Sostengo que la extrema derecha y el crimen organizado comparten intereses estratégicos y tienen, al menos, un nivel de coordinación operativa. Las masacres, los asesinatos selectivos y en cadena de periodistas, los crímenes en Querétaro ayer son acciones de desestabilización”. Es decir, todo lo malo que está ocurriendo en el país no es culpa de las políticas de seguridad de López Obrador, sino que es culpa de la derecha. A pesar de la polarización que el presidente de México ha generado, a pesar de los ataques a periodistas, a pesar de su política de abrazos no balazos, el presidente de México no es responsable de lo que pasa en México, sino que todo es un complot nacional entre el crimen organizado y los conservadores de la derecha que buscan desestabilizar el gobierno de la Cuarta Transformación. Con esas premisas el productor podría escribir el guion para una película tipo La ley de Herodes o El Infierno. Pero no, todo lo que sale de la boca de Epigmenio Ibarra tiene la carga de su fideicomiso de 150 millones de pesos que le consiguió el gobierno de la 4T; como no va a postrarse ante ellos.

Recuerden, el 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer, no es el día internacional de las feministas

¿Es lo mismo ser mujer que feminista? Algunas feministas dirán que sí, muchas mujeres dirán que no. Mi madre es mujer, pero no es feminista, y sin embargo muchas de las enseñanzas que nos ha dado tienen carácter feminista, si como feminista entendemos a una mujer que aboga por los derechos y el respeto que la sociedad patriarcal les ha usurpado. De alguna manera, cada que se acerca el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, muchos ciudadanos, hombres, mujeres, piensan en las precauciones que se deben tomar para que las marchas no les afecten. Muchos deciden mejor no salir de casa por los actos violentos que ocurren y que pudieran causarles algún daño. Ya ni decir del miedo de los comerciantes de los lugares por donde pasará la marcha, porque las feministas se han arrogado el derecho de romper lo que les venga en gana en su afán de manifestar su encabronamiento por una sociedad que lacera sus derechos. Pero pocos, muy pocos piensan en los derechos de la mujer, el derecho a la educación, derecho a la salud, derecho al desarrollo, derecho al trabajo, derecho a la participación política, derecho a una vida libre de violencia, derechos sexuales y derechos reproductivos. La gran mayoría, el 8 de marzo, piensa en el daño que causan unas mujeres embozadas con martillos en la mano, algunas con bombas molotov, potras con aerosoles que usan para hacer pintas o como lanzallamas. Si el objetivo de estas manifestantes es hacernos recordar sus derechos como mujeres, pues han fracasado, porque por nuestra mente son otras imágenes las que cruzan.

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