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Joserra “trabaja” en empresa de supervisor de Tren Maya

Carlos Jesús Rodríguez Rodríguez / YA NO se sabe si fue mejor la aclaración en torno a los ingresos y la vida de lujos que se da José Ramón López Beltrán, el hijo mayor del Presidente Andrés Manuel López Obrador en Estados Unidos, o haberse quedado callados, pues luego de que el Junior “aclaró” que desde 2020 trabaja como “asesor legal” en una empresa privada en Houston (aunque que se sepa, no es una ´chucha cuerera´ en cuestiones jurídicas), por lo que todos sus ingresos provienen de su empleo y no de injerencias en el Gobierno de México, alguien tuvo a bien investigar a que compañía se refería el “joven maravilla”, y esta se llama Kei Partners que opera, en efecto, desde Houston, Texas, con detallito pequeñito: es propiedad del supervisor del Tren Maya, quien según el Presidente López Obrador, no cobra ni un solo centavo por asesorarlo y supervisarlo, un cuento que ya nadie se traga, además de que la página web de la empresa tiene escasos días de haber sido activada, concretamente, poco después del escándalo que envuelve a la familia López, y que el titular del Ejecutivo Federal trata de “aclarar” usando recursos e instancias del Estado bajo sus órdenes (y que pagamos todos), y denostando a periodistas, intelectuales y políticos que se han atrevido a dudar de la honorabilidad de López Beltrán que, por otra parte, luce en cada foto publicada como un playboy, un hombre seductor y conquistador, de aspecto físico atractivo y elegante, generalmente de posición social acomodada, que frecuenta ambientes distinguidos y lugares de moda, según la definición.

POR ELLO, luego de que José Ramón López Beltrán emitió un comunicado donde asegura que trabaja como asesor de la empresa Kei Partners en Houston, Texas, por lo que todos sus ingresos provienen de ese empleo, al presidente Andrés Manuel López Obrador (que seguramente recomendó ahí a su hijo) no le quedó sino admitir que este, en efecto, trabaja en una empresa propiedad de los hijos de Daniel Chávez, quien, dice, lo ayuda en la supervisión del Tren Maya “sin cobrar nada”. “José Ramón está trabajando en Estados Unidos, su esposa lo mismo, no tiene que ver con Pemex o ninguna empresa vinculada al gobierno, pero no es ese el asunto, el asunto es golpear, porque hay mucho dinero de por medio”, aunque tal vez el Presidente lo entiende a su manera, pero el asunto es que sus hijos se pasan por el arco del triunfo su tan cacareada austeridad republicana, pues suponiendo sin conceder que no son corruptos, si son aspiracionistas y viven como multimillonarios, y no precisamente con solo un par de zapatos y dos o tres mudas de ropa.

AMLO QUE debería predicar, comenzando por su familia, demuestra que está lo ignora, o toma sin seriedad sus recomendaciones, incluso, el menor de estos a quien se observa bailoteando en videos a orilla de la alberca de 23 metros que ostentaba José Ramón en la residencia de Houston. Y es que el Presidente critica a los ricos y ostentosos, pero pasa por alto que al interior de su prole tiene el mismo conflicto, ya que en tres años una persona no acumula la fortuna que presume el mayor de sus hijos, salvo que en los días por venir tengan la ocurrencia de decir que López Beltrán fue uno de los afortunados de cuatro o cinco boletos del avión presidencial rifado por su padre sin que finalmente se rifara, y además de asesor y “suertudo” en el amor lo sea también en el dinero.

AHORA QUE, en aras de la transparencia y así como lo exige al INAI en torno a los ingresos del periodista Carlos Loret de Mola, el hijo del presidente López Obrador debería aclarar sus ingresos, pues si bien argumenta que provienen de su trabajo como asesor legal en una empresa de desarrollo y construcción en Houston, Estados Unidos, sería bueno que mostrara cheques, y que las instancias mexicanas solicitaran a sus contraparte en Estados Unidos un informe para ver si es cierto y cuánto paga de impuestos en aquella Nación. Y es que suponiendo que le creemos que no existe conflicto de intereses o tenga injerencia en el Gobierno de México, como lo señala en su escrito en donde explica que en 2018, año en el que su padre ganó las elecciones Presidenciales y tomó posesión de su cargo, decidió seguir ejerciendo su profesión como abogado, sin embargo papelitos hablan como dice AMLO, por el bien de la transparencia, porque hasta donde se sabe, el mayor de los López nunca fue una eminencia en derecho ni hombre de recursos económicos, y aun se le recuerda en el PPRD y MoReNa con sus pantalones desgastados y camisas no, precisamente, de marcas reconocidas. Y también, asumiendo sin conceder que la rica es su esposa, el hombre no es un adonis ni aparenta ser el negro del WhatsApp como para que alguien lo esté manteniendo, a no ser que saca raja de esa relación, y si no pregúntenle a la recién desintegrada pareja que formaban Belinda y Christian Nodal, cuya separación, argumentan los expertos, radicaría en que Belinda le pidió prestados cuatro millones de dólares a Nodal, presuntamente para pagar una deuda con el SAT, y cuando finalmente el cantante de regional mexicano dijo que sí, mandó a sus abogados con el contador de la cantante descubriendo que la, también, actriz le había mentido, pues su deuda únicamente era de unos 500 mil dólares, lo que ha despertado cientos de críticas a la dama, pues se desconoce para qué quería el resto del dinero, aunque algunos señalan que el resto del préstamo sería para pagar la casa que Lupillo Rivera le compró, y saldar la deuda y los impuestos y así poder quedarse con ella (bueno, un entremés entre tanta mala noticia no cae mal).

COMO FUERA, este lunes AMLO volvió a exhibir otra vez los supuestos ingresos del periodista Carlos Loret de Mola, asegurando que no se dejará ni se quedará cruzado de brazos ante lo que consideró ataques de sus adversarios. “Que sepan que yo no me voy a dejar. El que se aflige se afloja, tenemos que seguir defendiendo la Cuarta Transformación y voy a pedir al Instituto de la Transparencia, porque necesito que se investigue sobre los recibos y las facturas y ver si es cierto (el presunto ingreso anual de Carlos Loret de Mola)”, algo que debería hacer, también, con los ingresos de su hijo mayor: solicitar al INAI que pida información a su contraparte en Estados Unidos para aclarar de una vez por todas el asunto que tanto daño causa al Presidente, a tal grado que no se ha medido en eso de poner en riesgo a sus adversarios, en franca falta de respeto a la vida humana.

Y OTRA vez en busca del escándalo, acaso para convertirse en un líder internacional, tal vez de la Organización de Estados Americano o de la mismísima Organización de las Naciones Unidas cuando termine su mandato, expresa que “si el Washington Post defiende a la mafia del poder, allá ellos; si el New York Times defiende, allá ellos; si los ingleses Financial Times o The Economist, lo mismo, porque las empresas de esos países saqueaban con complicidad de la llamada clase política mexicana”. Vaya que anda enojado el mandatario por culpa de Carlos Loret y Carmen Aristegui que se atrevieron a tocar al junior intocable. OPINA carjesus30@hotmail.com

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