Dice el presidente López Obrador que goza de cabal salud y que los médicos le dijeron que hay presidente para rato. También dijo que, sin embargo, si él llegara a perder la vida, la gobernabilidad del país está garantizada porque él, como el nuevo “padre de la patria”, ya dejó su testamento político. Dice López Obrador que en caso de que él perdiera la vida, «cómo queda el país, tiene que garantizarse la gobernabilidad, entonces tengo un testamento para eso, afortunadamente no va, creo yo, a necesitarse y vamos a seguir juntos queriéndonos mucho, porque amor con amor se paga».
Tres años de gobierno gatopardista nos han demostrado que las cosas en el país han cambiado para seguir igual. Se siguen enriqueciendo los mismos empresarios que se venían enriqueciendo en los regímenes anteriores, y siguen empobreciendo los mismos pueblos de los regímenes anteriores.
López Obrador cree que ya desterró la corrupción y los vicios del pasado, pero ignora que, en el país, en las últimas encuestas sus tres gobernadores morenistas están ubicados en los últimos lugares en cuanto a desempeño: Miguel Barbosa de Puebla en el lugar 30, Cuitláhuac García de Veracruz en el lugar 21 y David Monreal de Zacatecas en el lugar 32. De modo que con todo y testamento, el país sigue yendo a pique y todo indica que con López Obrador o sin él las cosas van a seguir empeorando.
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