Tras una serie de preguntas sobre su carrera como escritor que le habían hecho Esteban Arce y el burro Van Ranquin, Monsiváis comentó sobre el programa: «Una impresión agradable porque siempre había querido conocer la esencia de la televisión y ustedes son la esencia de la televisión. Ahora, eso no sé si es bueno o malo, pero es un hecho». Esa declaración, los conductores lo tomaron como un halago, pero en realidad fue una burla sarcástica por parte del sesudo escritor. Algo similar pasa con Cuauhtémoc Blanco y Cuitláhuac García, quienes en estos momentos son dignos representantes de la esencia de la política mexicana. Mire usted, se sabe que gente muy cercana al mandatario mexicano, asegura que éste se encuentra muy molesto con Cuauhtémoc Blanco por su aparición en una foto con reconocidos delincuentes del crimen organizado. Pero también su enojo llega hasta el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García.
Por tal razón, se vio obligado a declarar lo siguiente en su mañanera: «Es nuestra responsabilidad y vamos a cumplir con ella siempre y no hace falta que nos pidan del extranjero. Lo ideal es que no haya esas recomendaciones, que nosotros actuemos porque es nuestra responsabilidad». Desde luego que todos sabemos que el presidente Andrés Manuel López Obrador se vio bligado a dar la cara por estos casos luego de que el activista Bryan LeBaron pidiera al presidente Joe Biden que se abriera una investigación contra el gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, y el secretario de Gobierno de Veracruz, Éric Cisneros Burgos, por su posible relación con esos grupos.
Por cierto, Bryan LeBaron no quita el dedo del renglón y esta mañana en su cuenta de Twitter posteo: «“Estamos contigo Cuitláhuac”: Grita el presidente al despedirse. La lealtad política tiene como consecuencias más muerte, más corrupción, más impunidad…Se encubren todo por “agradecimiento”. Ojalá un día llegue un verdadero líder que grite: “Estamos con ustedes veracruzanos”». Ni hablar, tenga por seguro que el caso de los peores gobernadores de México aún dará mucho de qué hablar.
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