Muy pocos se han peguntado cual será el impacto de la virtualidad a la educación mexicana. Y es que el covid-19 no sólo dejó secuelas económicas graves en la mayoría de los países, sino que, ante el encierro de más de 18 meses, ahora sería bueno preguntarnos cómo el confinamiento impactará a la educación en nuestro país, sobre todo a largo plazo. Y es que los mismos maestros reconocen que no es lo mismo la educación presencial que la virtual. Es cierto que, en las clases presenciales, los profesores, por lo general, sólo enseñan conocimientos, pero existe la oportunidad de dar atención personalizada y de poder ver las reacciones del rostro humano de manera directa, es decir de persona a persona.
Por otro lado, en el aprendizaje en línea, la figura del docente se acerca más a la de facilitadores de información. De esta manera ayudan a sus estudiantes a comprender los temas a través de los recursos en línea proporcionados. Sin embargo, no hay que olvidar que no todos los estudiantes cuentan con los apoyos tecnológicos.
Por tal razón, sería bueno que los estudiosos de la materia pedagógica vayan encontrando la manera de compensar el retraso o el impacto negativo en los estudiantes ante un confinamiento, que amenaza con regresar.
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