Por la insensibilidad de este funcionario, por su trato prepotente y la falta de respeto hacia las personas que laboraron en CMAS, fue que este tipo salió corrido de la administración de Hipólito Rodríguez. Que no le vaya a ocurrir lo mismo a los recién nombrados funcionarios de la administración de Ricardo Ahued.
Si se tiene la difícil tarea de anunciar a un empleado que su contrato laboral queda rescindido, o si se tiene la penosa encomienda de avisar a cada empleado que va a ser despedido, lo menos que puede uno anteponer es el respeto, al tiempo que se debe cuidar la dignidad de la persona a la que se le va a dar la mala noticia. Esa persona, a la que se despide, se queda sin ingresos para llevar a su casa; esa persona tendrá en adelante que lidiar con una difícil crisis en un país donde el empleo escasea.
