Para los estados en el exterior, el delito de “ultrajes a la autoridad” es una mancha que debería avergonzar a los veracruzanos. Ultrajes a la autoridad es una excusa jurídica y policiaca para combatir a los “enemigos” del estado, a los críticos de un régimen imbécil. Para Ignacio Morales Lechuga, exprocurador de la República, ultrajes a la autoridad se ha convertido «en un instrumento de persecución política contra todo aquel que ose criticar y opinar diferente a las autoridades estatales».
Un grupo de abogados señala que atrás de este absurdo delito está Hugo Gutiérrez Maldonado, quien con la excusa de proteger a sus policías, incurre en esta aberración jurídica, muy ventajosa para sus policías corruptos. Señalan los abogados: «No tiene razón de ser en Veracruz este delito y lo que sí tiene razón de ser es que se libere a la gente que está privada ilegalmente de su libertad». ¿Por qué si es tan repudiado este delito, el gobierno insiste en aplicarlo?
Porque el gobierno vive con el miedo de que se descubra su ineficacia, su corrupción, su debilidad. Y con este delito piensa acabar con aquellos que considera sus enemigos; pretende acallar a quienes considera sus críticos. Pero a tres años del gobierno de Cuitláhuac García, los veracruzanos ya se dieron cuenta de la corrupción que impera, de la ineficacia que domina cada dependencia. Ya se dieron cuenta de que el “rey” va desnudo.
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