Entrevistado en las afueras de la embajada de México en Estados Unidos, el canciller Marcelo Ebrard dijo que la reforma eléctrica no sería tema en la cumbre entre los mandatarios de Canadá, México y Estados Unidos: «No está planteado como un tema importante, pero puede ser que lo planteen». Sin embargo, las cámaras empresariales de los países que conforman el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), mandaron una carta conjunta en la que expresan su preocupación por la posible reforma eléctrica que promueve el gobierno mexicano.
En esa carta los empresarios de los tres países anotan: «Los intentos por favorecer empresas del Estado en detrimento de proveedores de energías renovables minan la certidumbre de inversiones y auguran mayores costos, así como menores oportunidades para los trabajadores de nuestros países». Los empresarios de estas cámaras señalan que la intención de México con su reforma eléctrica, «daña la economía, la seguridad y el potencial de crecimiento de Norteamérica en su conjunto, y minan la capacidad del TMEC como instrumentos de certidumbre legal».
Será muy difícil que los mandatarios de los tres países no hablen sobre la reforma eléctrica que, de llevarse a cabo, afectaría las inversiones de los tres países. Ya sabe usted que, aunque México diga que ellos llevan la agenda del encuentro, es el gobierno de Biden el que mueve la batuta.
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