El charro Rafael Ochoa Guzmán y su organización “32 por la Reivindicación Magisterial”, sólo dividen más al magisterio

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El charro Rafael Ochoa Guzmán y su organización “32 por la Reivindicación Magisterial”, sólo dividen más al magisterio FOTO: WEB
- en Avenida Principal, Carrusel

Por más que se cambie de ropa, Rafael Ochoa Guzmán no puede ocultar el sombrero, las chaparreras y espuelas que lo identifican como charro sindical. Ungido por la maestra Elba Esther Gordillo, su carrera creció como la espuma bajo la sombra de la poderosa líder magisterial. Fue senador y diputado y en el 2007 solicitó licencia para dedicarse de lleno al SNTE. El error de Rafael Ochoa Guzmán es que los tiempos lo han rebasado y no lo quiere reconocer la manera añeja y monolítica de hacer política que ha quedado en el pasado.

El de Huatusco debe de entender que los tiempos del corporativismo y del voto por delegado maiceado, pertenecen a la historia. Hoy el profe se pasea por todo el país con su proyecto llamado “32 por la Reivindicación Magisterial”, maneja un discurso del cambio y de una verdadera democratización sindical, aunque los que lo conocen, saben que busca a como dé lugar ocupar el lugar de Alfonso Cepeda Salas.

«Tenemos que levantar la voz, tenemos que dar la pelea por el rescate del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación, y al rescatarlo, impulsar su democratización», señaló Ochoa Guzmán. Sin embargo, pareciera que sus palabras son un grito en el desierto, ya que en sus eventos la asistencia es poca y ésta luce desangelada y con pocos ánimos. Ni hablar, bien decía el famoso Maquiavelo, «divide y vencerás», y esta agrupación sólo divide fuerzas, mismas que sólo benefician al actual Comité Ejecutivo Nacional del SNTE.

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