¿Está México preparado para una presidenta? Claudia Sheinbaum dice que sí. AMLO ya le dio permiso para promocionarse

Sheinbaum
Claudia Sheinbaum FOTO: WEB
- en Carrusel, Opinión

Armando Ortiz / Es devastador el artículo que Raymundo Riva Palacio escribe sobre la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum. En unas unos cuantos párrafos Riva Palacio nos muestra como la sumisión de Claudia Sheinbaum puede llegar hasta la abyección con tal de quedar bien con López Obrador quien la quiere como su sucesora. Raymundo Palacio la llama la “mini yo”, pues es la versión chiquita de López Obrador: “Cuando dice el Presidente que hay que tirarse del décimo piso de cabeza, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México se lanza al vacío. Cuando dice que lealtad significa inmolarse, la jefa de Gobierno se prende fuego. Cuando pide el Presidente que brinquen como ranas, y ella lo hace sin parar. Le dice cállate, y cierra la boca. Habla, y la abre. Le exige ser institucional, y se hinca”. Al parecer, sin el menor pudor, y con el permiso del presidente de México, Claudia Sheinbaum sale del clóset político y empieza a visitar los estados de la República para promocionarse. En la toma de protesta de la gobernadora de Colima dijo: “Desde hace mucho ha habido muchas candidatas a presidentas de la República, pero hoy, no solamente es un asunto de género, que es importante, sino también la continuidad de esta Cuarta Transformación que es fundamental… el rumbo de México un gran momento y hay que darle continuidad y todo nuestro apoyo al presidente de la República”. Pero, ¿en realidad está México preparado para una presidenta? A nosotros se nos hace que no. Y una tan sumisa como la Sheinbaum, menos.

López Obrador es un “poema” dice la esperpéntica Layda Sansores; a mes y medio de tomar el cargo y Campeche ya es el “paraíso de la seguridad”

Layda Sansores, ¿quién lo puede negar?, es todo un esperpento como gobernadora; lo fue como senadora y como alcaldesa de Álvaro Obregón. La campechana, hija del exgobernador y cacique priista Carlos Sansores Pérez, quiso en varias ocasiones ser gobernadora de su estado. Ahora que la 4T se lo ha concedido, ahora que el presidente López Obrador le echó el hombro para hacerla gobernadora, Layda Sansores no sabe cómo pagarles el favor. Es por ello que apenas tuvo la oportunidad de que el presidente López Obrador visitara Campeche siendo ella gobernadora, se fue de boca llenando de halagos y calificativos desproporcionados al líder de la Cuarta Transformación, de quien dijo éste era un poema: “Gracias, presidente. Hoy es la primera vez que lo veo aquí como presidente y yo como gobernadora. No puedo evitar la emoción. Gracias, presidente. Hoy es la primera vez que lo veo aquí como presidente y yo como gobernadora. No puedo evitar la emoción”. Usted esperaría que ante tantos elogios fuera de lugar el presidente se sonrojaría, pero no. El presidente ya está acostumbrado a que los esperpentos de las mañaneras, digamos Lord Molécula, lo pongan a la altura de un dios; que Layda, igual de esperpéntica que los de las mañaneras, diga que AMLO es un poema, es para él como un halago real. Por cierto, a mes y medio que Layda llegara como gobernadora de Campeche, ya presume que su estado es un “paraíso de seguridad”.

¿Octavio Ocaña era un delincuente? Llevaba un arma, estaba huyendo, iba alcoholizado, había fumado mariguana. Pero fue actor infantil

Dice el dicho popular: “El que nada debe, nada teme”. Entonces, si Octavio Ocaña no debía nada, ¿por qué salió huyendo cuando los policías le marcaron el alto? La misma policía del Estado de México se ha dado a la tarea de difundir los videos de la persecución; y sí, Octavio Ocaña huía. El padre dice que los dos acompañantes del actor que interpretara a “Benito” eran sus amigos y que estaban con él para cuidarlo. ¡Vaya amigos! Estuvieron tomando con el dos días seguidos y a pesar de que iba alcoholizado lo dejaron manejar el automóvil; sólo que ellos hubieran ido peor de alcoholizaos. De acuerdo con las pruebas y el peritaje, Octavio Ocaña llevaba un arma y se disparó el mismo al momento de chocar. Los acompañantes dicen que el arma estaba en la guantera y de ahí la sacó Octavio Ocaña; ¿para qué la sacó? ¿Pensaba usarla? En redes sociales piden justicia para Octavio Ocaña, lo ven como al niño de 7 años que interpretó a Benito Riviers, se les olvida que ya tenía 22 años y que en 2016 Monica Claudia Herna abrió una cuenta de Twitter para acusar al actor de entonces 17 años, de haber golpeado a su hijo que jugaba en el mismo equipo de futbol de Octavio. La madre anotó: “Lo golpearon, lo robaron y apuntaron con una pistola. Desde ese acto mi vida no es la misma pues sus amenazas robaron mi tranquilidad”. Entonces, la pregunta sigue al aire: ¿Octavio Ocaña era un delincuente?

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