Muchas veces se le dijo a Sara Ladrón, exrectora de la UV, el error que cometía al colocar a Rodolfo «Chico Julio” Mendoza a la dirección de Difusión Cultural; pero ella nunca hizo caso. Al final la bomba le estalló en las manos. En una inauguración de la Feria del Libro de la UV Mendoza Rosendo no llegó por estar “en el agua”, nos señalan ciertas fuentes. Pero eso no acabó ahí. ¿Por qué en el 2018 no quiso recibir Carmen Aristegui el reconocimiento que le ofrecía la UV? Pues porque Rodolfo, el manipulador de Sergio Pitol, se lo iba a entregar. No sólo eso.
En ese entonces el periódico El Universal se preguntaba por qué la Universidad Veracruzana, de la que formó parte Sergio Pitol, no estaba incluida en el Homenaje Nacional a Sergio Pitol que se llevaría a cabo el 17 de mayo; en ese homenaje participarán la Secretaría de Cultura, el INBA, la UNAM, Relaciones Exteriores, los gobiernos de Puebla y Veracruz, pero no la UV. Para El Universal el silencio de Sara Ladrón genera muchas dudas.
Esa es Sara Ladrón, la silenciosa, la que no quiere reconocer sus errores, porque se siente, en su mediocridad, muy eficiente. Ese fue uno de los saldos nefastos no de Sara Ladrón. ¿Cómo se sentirán esas maestras universitarias que se coludieron con Rodolfo Mendoza para alejar a Sergio Pitol de su familia? ¿Esa maestra que, con ayuda de Mendoza Rosendo falsificó un documento médico para que Sergio Pitol pidiera demandar a su primo hermano por intento de homicidio? ¿Dormirán bien?
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