Ya se dio el gusto Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, de invitar a Diaz-Canel, presidente de Cuba, al desfile militar del 16 de septiembre; ya se dio el gusto de pedir a los Estados Unidos que cese el bloqueo contra la isla. Ahora se dio el gusto de invitar a Nicolás Maduro a la VI Cumbre de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Algunos de los mandatarios o cancilleres invitados al parecer no estaban enterados de la llegada de última hora de este personaje que tiene sumidos a los venezolanos en pobreza e indefensión.
Es por ello que Mario Abdo Benítez, presidente de la República de Paraguay, fue muy enfático al decir: «Mi presencia en esta cumbre, en ningún sentido ni circunstancia, representa el reconocimiento al gobierno del señor Nicolás Maduro. No hay ningún cambio de postura de mi gobierno y creo que es de caballeros decirlo de frente».
Nadie se esperaba eso. Por supuesto, el pueril de Nicolás Maduro, quien habla con los pajaritos, contestó como contesta un niño en el recreo cuando le dicen «ya no me junto contigo». «Ni yo con tu ombligo que está más podrido», le contesta el infante. Así Maduro, desde su lugar contestó: «Ni el mío para el tuyo». ¡Pobre pendejo!
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