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Miguel Alemán Velasco, el ocaso de un imperio. El patriarca reconoce que le barco se hunde. Sólo sabía robar y ya no lo dejaron hacerlo

«Miguel Alemán Velasco será recordado en el estado como su padre es recordado en la República, como un vil ladrón». Esta sentencia se pronunció allá por 2004, cuando Miguel Alemán todavía era gobernador en Veracruz. Para ese entonces ya se sabía del millonario préstamo que Alemán gestionaba, vía el Congreso de Veracruz, en los últimos días de su sexenio. En 2005, dicen los maledicentes que ,con el dinero de ese préstamo, la familia Alemán inauguraba Interjet, la primera línea de “bajo costó” en el país. Señala el columnista Salvador García Soto que la fortuna de los Alemán se hizo al amparo de los gobiernos priistas. A pesar de que los Alemán iniciaron con el pie derecho, formando parte del equipo de asesores de López Obrador, sus deudas, derroches y malas decisiones empresariales los metieron en muchos problemas.

El asunto se agravó cuando Raquel Buenrostro, la poderosa directora del SAT, los encaró y les advirtió que si no pagaban sus deudas con el fisco ella los metería a la cárcel. Exiliados en Francia, ya con una ficha roja de la Interpol emitida para su aprehensión en cualquier momento, Miguel Alemán firma el documento en el que reconoce que el barco se hunde.

El documento es una carta enviada a los empleados de las empresas del grupo empresarial de los Alemán, y en parte de este documento se lee: «A todos los colaboradores de Grupo Alemán y Compañías relacionadas», se les informa que la ausencia de las cabezas de la familia, al frente de las compañías, se debe «a la suma de dificultades por las que estamos atravesando, tanto a nivel familiar, mediático y sobre todo en el contexto empresarial». Se pregunta el columnista Salvador García Soto si es el fin del imperio de los Alemán. ¿Usted qué opina?

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