Piquetes de ojos, patadas, zancadillas y puñaladas traperas se comienzan a vislumbrar entre los morenistas. La injerencia del propio presidente en la toma de decisiones y la desenfrenada y anticipada carrera presidencial, ha ocasionado que las diferentes tribus comiencen a desenterrar las hachas de guerra. Por un lado, los afines a Claudia Sheinbaum se sienten fortalecidos con la llegada de Olga Sánchez Cordero a la presidencia del Senado, creen que las horas de Ricardo Monreal en el escenario político están contadas.
Los que permanecen agazapados son los seguidores del secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, que hasta el momento permanece firme en el puesto gracias a su oficio y experiencia, pero sabe que cualquier paso en falso lo puede bajar de la contienda presidencial. Por cierto, Mario Delgado, delfín del protectorado de Marcelo Ebrard, ha logrado sobrevivir al fuego amigo, pero sobre todo, a sus propios yerros.
Por otro lado, los seguidores del zacatecano Ricardo Monreal apenas y se sobreponen a la tremenda madriza política que les pegó el de Macuspana, Tabasco, con la apresurada y muy callada llegada de Olga Sánchez Cordero al Senado. De manera que la guerra ha comenzado entre los morenistas de alto calibre, así que no pierda de vista lo que pase en el Senado, tenga por seguro que los señores de la 4T se darán hasta con la cubeta.
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