¿Qué se puede esperar de un sujeto como Hipólito Rodríguez, alcalde de Xalapa? El señor ha mostrado a lo largo de estos casi cuatro años una ineptitud olímpica, una ineficacia monumental, una negligencia criminal. Hipólito Rodríguez no sabe resolver sus problemas, por eso le anda echando la culpa a otros, por eso le anda pidiendo a quién sabe quién, que le arregle sus problemas. Cuando es señalado de corrupción, en lugar de mostrar evidencias de ser impecable, decide tomar el lodo en que se bate y lanzarlo a los demás.
Si lo acusan, se enoja y en lugar de resolver el problema, le pide a otros que se lo resuelvan: «Llamen a cuenta a esta persona porque no puede estar transgrediendo de forma irresponsable una facultad que nuestra Ley otorga a todo comunicador, hablar y expresarse pero con responsabilidad, decir la verdad, no mentir y eso me parece grave». ¿A quién le está pidiendo Hipólito Rodríguez que llame a cuentas a esta periodista? ¿Al gobernador, a su amigo Éric Cisneros, a Hugo Gutiérrez Maldonado, a Verónica Hernández, a la mamá de la periodista? ¿Acaso no sabe el alcalde de Xalapa que él tiene derecho de réplica, y gracias a ese beneficio constitucional puede mostrar las evidencias de su pureza administrativa?
Le pasamos la definición al inepto alcalde: «Derecho de réplica se refiere al derecho de toda persona a que sean publicadas o difundidas las aclaraciones que resulten pertinentes, respecto de datos o informaciones transmitidas o publicadas relacionados con hechos que aludan, que sean inexactos o falsos, y cuya divulgación le cause un agravio ya sea político, económico, en su honor». Pero el pusilánime alcalde prefiere que otros llamen a cuenta a la periodista, porque él es tan pusilánime, que no puede.
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