El Gobierno Federal tuvo más de 17 meses para coordinarse con los titulares de cada estado para aprovechar que las escuelas estuvieron cerradas para invertir en su infraestructura y limpieza. Sin embargo, no lo hizo. Esa responsabilidad la ha endosado a los maestros y padres de familia. Al menos en el estado de Veracruz, esa intentona mediática impulsada por el comunicólogo Zenyazen Escobar, llamada Tequio por Mi Escuela, sólo fue como ellos mismos lo dijeron, un «granito de arena».
Lo cierto es que la gran mayoría de las escuelas se encuentran abandonadas y maltrechas por el encierro; las que están en condiciones, han sido cuidadas por los maestros y padres de familia. Las fotografías donde aparecía un regordete funcionario sobre un tractor de jardinería, sólo fue eso, fotografías; ya que la mayoría de las escuelas no fueron atendidas.
Además, las autoridades locales pasan de largo que en el Estado de Veracruz hay más de 41 mil 423 escuelas primarias, secundarias y de bachillerato en México no tienen acceso al agua potable, y que 47 mil 566 planteles de estos niveles educativos, no cuentan con lavamanos. Son esas condiciones en las que quieren que se regrese a clases. Ojalá y que no haya consecuencias lamentables por esta cerrazón gubernamental y por la falta de interés en el mantenimiento de los planteles escolares.
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