Imagínese que usted hace una fiesta para 100 invitados, contrata un salón de recepciones, meseros, mesas y, lo más importante, ordena 100 platillos para que nadie se quede sin comer. Sin embargo, conforme pasa el tiempo, usted se da cuenta que sólo respondieron a su invitación siete personas. ¿Podría usted asegurar que su festejo fue todo un éxito? Pues algo similar pasó con la dichosa consulta popular para enjuiciar a los expresidentes. Resulta que el gobierno de la 4T gastó la friolera cantidad de más de 500 millones de pesos y, según los informes del INE, sólo hubo una participación del 7 por ciento.
Se sabe que dentro del círculo más cercano al presidente se considera que la consulta popular fue un rotundo fracaso. Ya con anticipación lo había señalado Ricardo Monreal, coordinador de los senadores, quien señaló que para que esta consulta tuviera validez, debía tener el aval del 40 por ciento de la votación del padrón electoral. Algo que resultaba verdaderamente imposible. Desde luego que los señores de la 4T debían tener un culpable y no dudaron en culpar al INE de Lorenzo Córdoba.
No obstante, la realidad es que la población no se creyó el cuento de que, en verdad, mediante esta estrategia, se podría poner tras las rejas a personajes como el propio Carlos Salinas de Gortari. Ojalá y que este rotundo fracaso sirva como lección para el propio presidente. Por cierto, viene la consulta para la revocación de mandato y tenga por seguro que la cofradía morena ya le está pensando seriamente si será sabio hacerla, no vaya a ser que en una de esas, la población ahora sí salga a votar.
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