Dice un proverbio bíblico que la verdad es como la luz del alba, que sale poco a poco hasta que ya nadie la puede ocultar. Algo similar pasa con de la Refinería de Dos Bocas en Tabasco, la obra emblemática de la presente administración que fue confiada a la presidenciable Rocío Nahle. Resulta que la Fiscalía General de la República (FGR) y la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), que dirige Santiago Nieto Castillo, redoblan sus esfuerzos y ha emprendido acciones legales de nuevo contra el exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya Austin, por el caso de Odebrecht.
Sin embargo, a pesar de que el presidente López Obrador ha señalado continuamente que siguen el apostolado de no mentir, no robar y no traicionar, parece que en ocasiones se equivocan. Al menos en lo que tiene que ver con la refinería de Dos Bocas. Resulta que la titular responsable, Rocío Nahle, no ha reparado o no le han informado de que algunos de los excolaboradores que participaron en la firma de contratos con la constructora brasileña Odebrecht, todavía laboran en Pemex.
Entre ellos destacan Leonardo Cornejo Serrano y José Aarón Marrufo Ruiz, quienes son gente cercana a Emilio Lozoya Austin, el acusado que ha sido tratado con algodones por la 4T. Ahora a ver con qué cuento nos sale la zacatecana Rocío Nahle para justificarse de trabajar con funcionarios de cuestionable reputación.
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