‘Red privada’ de Netflix nos quedó mucho a deber; hasta parece que Bartlett fue el productor ejecutivo; Morales Lechuga queda como un gran escenógrafo

Privada
Red privada: ¿Quién mató a Manuel Buendía? FOTO: NETFLIX

Para muchos, el documental Red privada: ¿Quién mató a Manuel Buendía? que se transmite por la plataforma de Netflix quedó a deber a todos aquellos que esperábamos que acusaran directamente a Manuel Bartlett Díaz, quien desde hace décadas ha sido señalado como el asesino intelectual del periodista. Para otros, el documental no podría hacer una acusación tan directa a uno de los defendidos del presidente López Obrador, por lo que de manera indirecta sí se le señala como quien pudo estar atrás de la muerte del Manuel Buendía. Pero no fue suficiente. Manuel Bartlett apenas es vinculado como el jefe directo de José Antonio Zorrilla Pérez, quien pasó 24 años en prisión por la muerte de Buendía.

Sin embargo, cerca del final del documental, todo indica que Zorrilla Pérez no fue el autor intelectual, sino que se entregó para servir como “chivo expiatorio”. ¿A quién encubrió Zorrilla Pérez? Eso lo sabía Miguel de la Madrid, lo sabe Morales Lechuga. De hecho, Javier Coello, quien entrevistó a petición del presidente de México a Zorrilla, dice que estaría bien que estas alturas Zorrilla Pérez y Morales Lechiga dijeran la verdad, su verdad. Pero tal parece que ese secreto se lo van a llevar a la tumba.

Para exculpar un poco a Bartlett sueltan la simplista versión de que Enrique Camarena, agente de la DEA, fue asesinado porque se enteró de un plantío de mariguana en Veracruz, información que le pasó a Manuel Buendía, razón por la que los dos fueron asesinados. Por cierto, Morales Lechuga, quien era titular de la Procuraduría General de Justicia en ese entonces, fue quien negoció la entrega de Zorrilla Pérez a las autoridades; Morales Lechuga fue el que montó la investigación, creando escenarios ficticios para acomodar la culpabilidad de José Antonio Zorrilla y de Rafael Moro Ávila, acusado de ser el autor material el homicidio.

Vale mencionar que 20 años después, Moro Ávila fue liberado, pues no se pudo sostener el escenario que Morales Lechuga le había fabricado. Las palabras finales las dicta Javier Coello Trejo, el “fiscal de hierro”: «Yo llegué a tener la convicción de que fue un crimen de estado. Zorrilla no fue culpable de eso. Que me perdone el licenciado Morales Lechuga. Pero yo lo entrevisté, yo lo interrogue, y de eso sí sé».

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