El Cruz Azul está de vuelta

Cruz Azul
El Cruz Azul está de vuelta FOTO: WEB
- en Opinión

Iván Daniel Montero García / Claramente en estos momentos hay cosas más importantes de qué preocuparse y de qué hablar, sin embargo, recordando a Jorge Valdano, lo más importante de lo menos importante es el fútbol, el claro ejemplo de esta oración ahora mismo es el Cruz Azul.  

Para ‘La Máquina’ han pasado casi 24 largos años –en su mayoría miserables– desde la última vez que ganaron la liga de fútbol mexicana. La afición azul ha recorrido esas dos décadas perdiendo final tras final –la más dolorosa, traumática o épica dependiendo desde dónde se mire, la de 2013–; de ridículo en ridículo; de hazmerreir a cruzazuelada; de malos manejos en la administración deportiva a ordenes de aprehensión y fugas, empero la afición estuvo ahí a pesar de todo.  

Porque para ser aficionado del Cruz Azul además de ser fiel, te debe gustar sufrir. Ni los bálsamos de las victorias coperas servían para aliviar las bromas de los aficionados, y no aficionados, al fútbol por no lograr un campeonato liguero desde el 1997.  

Recuerdo que luego del gol de Carlos Hermosillo, el paisano veracruzano de Cerro Azul, dejé un rato la tele donde veía la celebración del título y sin motivo alguno, más que el de mostrar mi orgullo por ser parte de esa victoria, subí a la azotea con una bandera del Cruz Azul que llevaba impreso ese bizarro conejo de caricatura que es la mascota, y con unos tabiques que encontré ahí arriba la hice ondear para la admiración de cualquier viandante que pasara por la estrecha privada donde vivía.  

Tenía 10 años. Dice Eduardo Galeano que hay una ley en la vida que reza que puedes cambiar de esposa, de partido político, incluso de religión, y en los tiempos actuales, hasta de sexo (la última es de mi cosecha), pero que nunca por ningún motivo, puedes cambiar de equipo de fútbol.  

Pero a toda regla vienen sus excepciones para confirmarla, pues yo creo que sí podrías cambiar de equipo si digamos, desaparece; o se lo llevan a otra ciudad a jugar; si le cambian el nombre; o si quienes lo administran hacen un pésimo trabajo por mucho tiempo en detrimento de sus aficionados.  

Pues el Cruz Azul estuvo a punto de ser la viva imagen de la última acepción. Desde el trauma de 2013 comencé a decir que había dejado de seguir el fútbol mexicano, y aceptaba que me dijeran que me había convertido en un famoso villamelón, que solo comenzaba a ver fútbol si al Cruz Azul le iba bien.  

Obviamente no era así, solo era mi manera de cuidar mi salud mental y emocional futbolística, cada que podía seguía viendo los partidos de ‘La Máquina’, y cuando no, lo primero en la mañana era revisar el resultado. Sufría, hacía corajes, pero sobretodo me ilusionaba, y de repente ¡Pum, otra vez! la última fue contra los Pumas hace unos meses.  

Esta final era diferente, al menos para mí, sería la primera que debía ver en un horario no aceptable para un lunes: 3 de la madrugada y entrada al trabajo temprano por la mañana. Pero ahí estaba yo, 23 años después, sin motivo alguno otra vez, ¿para qué desvelarme, acaso gano algo si son campeones? 

 Aproximadamente a las 4 de la mañana, gol de Santos, y regresa ese sentimiento largamente conocido, es el que te ha dejado helado y decepcionado otras tantas veces. El mismo guion que hasta llegas a pensar que todo es un gran compló donde todo esta arreglado, un Truman Show pambolero.  

Para no hacérselas más larga, por fin ganó la poderosísima Máquina Celeste de la Cruz Azul. Podría escribir miles de párrafos, pero tal vez no podría describir el sentimiento de alivio por romper esta “maldición” y aunque lo lograra describir, creo que solo los verdaderos seguidores de este equipo podrán concebir la pasión de lograr lo que parecía imposible.  

Suena superficial, banal, anodino, y hasta tonto, pero para mi ver triunfar al Cruz Azul me remontó a esos tiempos de cuando tenía 10 años y la vida parecía más simple y divertida, sin problemas o pandemias.  

La esperadísima novena estrella llegó por fin, entre llanto, alegría y júbilo de millones de aficionados celestes en todo el mundo, que no es poco decirlo. Porque para ser aficionado del Cruz Azul además de ser fiel, te debe gustar ganar. 

@YvanDanMoGia   

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