Fue Donald Trump el que demostró que el presidente mexicano amaestrarse para que, por un castigo o recompensa, hiciera lo que ellos quisieran. Se pone necio con los inmigrantes, pues le aumentamos un arancel para que se eduque; cuando López Obrador realizó, en pleno proceso electoral americano una vista de estado, recibió su croqueta y su sobada de lomo: “López Obrador es un gran caballero y amigo”, dijo Trump.
Este presidente, que como el “perro de Pavlov”, responde a los castigos y recompensas, dijo que la embajada de los Estados Unidos le daba “maíz con gorgojo” a los medios que critican su gobierno y a las asociaciones civiles que se oponen a su forma de gobierno: “Esto que estamos viendo, que van a cobrar los de la llamada sociedad civil a la Embajada de Estados Unidos, o sea, que la Embajada de Estados Unidos reparte maíz con gorgojo”.
Bastó con que el gobierno de los Estados Unidos le diera su “maíz con gorgojo” al presidente para que éste se quedara callado, se hiciera el muertito. Un millón de vacunas Johnson & Johnson le dará Estados Unidos a México. Entonces el presidente López Obrador declaró que ese “gesto de solidaridad confirma que hay una buena relación”.
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