Conforme las autoridades detuvieron al asesino de Atizapán, se han ido revelando los crímenes que durante más de 20 años cometió. La siguiente historia es una más de las tantas que rodean este caso. Hace cuatro años en Tlalnepantla, Flor Nínive Vizcaína Mejía desapareció sin dejar rastro. Tras la captura del feminicida múltiple de Atizapán, su familia podría dar por fin con su paradero, ya que la credencial de elector de la mujer se encontraba entre las encontradas por las autoridades en la casa del multihomicida.
El 16 de octubre de 2015 fue la última vez que Flor Nínive fue vista por sus hijas menores de edad, a quienes la madre había comentado que saldría a comer con una persona aunque no les dijo quién. Esa vez fue la última ocasión que la vieron. Esa tarde se arregló muy bonita dijeron sus hijas. Al parecer ella había estado soltera por mucho tiempo y por fin se daba una oportunidad en el amor. Más todo lo que ella imaginaba se vino abajo, cuando el hombre que la esperaba en la cita en realidad lo que pretendía era asesinarla.
Las tías de la víctima que vivían a unos metros del domicilio de Flor Nínive, relataron el horror vivido en aquella época cuando desapareció y lo duro que les ha sido tener que enfrentar este episodio nuevamente. Cabe señalar que el homicida tenía en su poder las credenciales de elector de todas las mujeres que asesinó y enterró en un cuarto de su domicilio.
Comentarios