El 29 de abril la periodista Claudia Guerrero publicó un reportaje en el que mostró la manera como operaba el acoso sexual el titular de la dirección Jurídica de Sedesol, Héctor Rivera Castillo. La víctima expresó la situación de acoso que vivía en el trabajo: «Soy víctima de hostigamiento sexual, en una dependencia estatal, ejercida por un director jurídico. Tengo mensajes de WhatsApp como pruebas y soy la afectada. Tengo los acuses entregados a la Unidad de Género, pero ellos no me ayudaron, así como puse la queja en la Contraloría Interna, sin haber hecho una investigación del caso. Las dos dependencias protegieron al acosador».
En los mensajes de WhastApp de este depredador sexual queda claro que el sujeto no se medía en sus intenciones de lograr sus lascivos propósitos. Una vez que la denuncia se dio a la luz, la víctima fue corrida de su trabajo, sin embargo, ante el impacto mediático de la nota, el jurídico de Sedesol quiso comprar el silencio de la víctima con 4 mil pesos.
La tarde de este miércoles 19 de mayo nos enteramos que el secretario de Desarrollo Social, Guillermo Fernández Sánchez, aceptó la renuncia de este acosador. Queda demostrado con esto que sí es importante que las víctimas de acoso laboral, de acoso sexual se armen de labor y denuncien, pues no se puede permitir a funcionarios públicos ejerciendo su poder de manera equivocada y perversa.
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