Andrés Manuel López Obrador le guiña el ojo a los que no lo apoyaron para llegar al poder. De manera discreta ha dejado que Alfonso Cepeda se regodee con él. El líder oficialista del SNTE ha logrado colarse de manera soterrada a la Cuarta Transformación. Es más, entre los suyos se hace llamar Soldado de la 4T. En las primeras planas aparece con la actual secretaría de Educación celebrando un pírrico incremento salarial que no rebasa los 20 pesos diarios. Por otro lado, el Ejecutivo federal sólo está esperando los resultados de las elecciones del 6 de junio, para comenzar a tejer alianzas con aquellos que le puedan ayudar a conservar la mayoría en el Congreso Federal.
Mucho depende de ello para que los elbistas vuelvan a tener protagonismo. Por otro lado, los miembros de la CNTE saben que en la 4T sólo sus chicharrones truenan, tiene un peso significativo en el Congreso Federal con varios maestros emanados de estas siglas y ya han celebrado más de 18 mesas de diálogo con ellos para que les atiendan sus peticiones. No obstante, ya se percataron que sólo les están aplicando la cansadora, por tal motivo no descartan que regresen a usar sus métodos poco ortodoxos, pero muy efectivos.
Hoy el presidente de México sabe que no ha cumplido cabalmente sus promesas de campaña con los maestros, no ha traído democracia sindical al SNTE y no ha otorgado un salario digno a los maestros. En sus discursos, el presidente de México todo lo mete en la bolsa de la caída de la mal llamada Reforma Educativa, no obstante, como la serpiente Hidra de Lerna, el magisterio tiene varias cabezas. Y sin duda alguna, el presidente sabe que a todas las tiene que dejar contentas.
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