Alberto Calderón P. / Hablar de los maestros nos remite directamente a la enseñanza y el aprendizaje, un concepto tan amplio como el origen y la evolución de nuestra especie, la curiosidad despertó la experimentación y los resultados fueron a partir del conocimiento de utilidad para el hombre, siendo capaz de transmitir su experiencia y mejorar las condiciones de su entorno.
Una reflexión sencilla, simple pero básica que nos sirve de punto de partida para valorar lo que han hecho nuestros padres, tutores y maestros a lo largo de nuestras vidas, cada uno tiene una historia particular sobre lo aprendido al paso del tiempo, la ruta trazada con un objetivo, nos hizo andar desde que conocemos los objetos, las texturas, a nuestros padres, ese proceso epistemológico que también nos lleva a reconocer los consejos y enseñanzas morales, de comportamiento, de orientación que nos van moldeando para una vez cumplida cierta edad abandonemos por unas horas el hogar y convivamos con otros niños y niñas de nuestra edad, una vez instalados ahí que por medio de juegos socialicemos y aprendamos a partir de la orientación y enseñanza de nuestros maestros.
Con el tiempo la gran mayoría sigue el curso de sus estudios en un nivel superior, ya más conscientes recordamos algunos de nuestros maestros con cariño y admiración por su entrega a la enseñanza. Así transcurren nuestras pisadas por las aulas, reconociendo a nuestros guías en los salones de clase y ahora por circunstancias especiales se hace de forma digital, pero paulatinamente volveremos a las escuelas, a ver a nuestros amigos a reír con ellos, a contar nuestras historias, a patear el balón, correr, comer a la hora del recreo, escribir, aprender, tener la responsabilidad de hacernos del conocimiento de muchas materias que serán herramientas indispensables en nuestra formación de cultura general o de especialización dado el caso. Cuando llegamos al pináculo de nuestro formal desarrollo educativo, cruzaremos otras puertas para poner en práctica los conocimientos adquiridos si el destino nos lo permite, ahora el campo laboral se ha vuelto tan diverso que profesionistas de diversas ramas realizan sus labores lejanas a su formación, (tema de otra reflexión), el entrar a otras etapas de nuestra vida nos puede llenar de satisfacción gracias a los conocimientos adquiridos, pero estos en gran medida se los debemos a los muchos maestros que se siguen o siguieron con su labor a otras generaciones, esa vocación de la enseñanza muchas veces no la valoramos en su justa dimensión, es por eso que como un pequeño homenaje a los maestros jubilados, muchos de ellos con pensiones limitadas, los vemos suspirar al asomarse a las ventanas de sus hogares satisfechos por el deber cumplido y la nostalgia de sus aulas llenas, calificando el esfuerzo con una palpitación llena de luz al saber que sus conocimientos transmitidos fueron de gran utilidad para muchos de sus alumnos, por eso es que los invito a recordar a sus maestros, los que formaron hombres y mujeres de bien, productivos y con vocación de servicio.
Para todos mis amigos maestros activos y jubilados mis más sinceras felicitaciones en este y todos los días, mi gratitud a los grandes guías que me permitieron ser este lector, este trabajador, que se siente feliz de haber contado con cada uno en la imprescindible ruta educativa.
Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores (REVECO).
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