Madre sufre muerte súbita mientras amamantaba a su bebé; su hijo alertó a su padre: «Papi, mamá está durmiendo mucho»

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Madre sufre muerte súbita mientras amamantaba a su bebé; su hijo alertó a su padre: «Papi, mamá está durmiendo mucho» FOTO: WEB

En la ciudad de Corrientes, Argentina, la población se ha quedado atónita por un caso que se dio a conocer sobre dos muertes verdaderamente extrañas. El fallecimiento de una madre al estar dando pecho a su pequeña bebé cimbró a la sociedad argentina. Los informes señalan que el día de los hechos, el esposo se despertó para irse al trabajo, antes de irse, su mujer le dijo que tenía un leve zumbido en los oídos. Así terminaría la conversación. El hombre se fue al trabajo y su mujer cuidaría a los niños, como siempre. A cierta hora del día, la esposa debía ir a recoger a la hija mayor a casa de sus abuelos. La hora llegó y la mujer no asistió al compromiso. Los abuelos se comunicaron con el padre para informarles que estaban esperando a que Mariana llegará a la cita, dijeron que estaban preocupados porque marcaban al celular de Mariana y no respondía.  

El esposo marcó al móvil de su mujer y nada. Marcó al número de casa, y nada. Intentó varias veces hasta que a la cuarta vez levantaron el auricular. La sorpresa fue que en vez de que contestara Mariana, contestó su pequeño de tres años. Lo único que pudo decir el menor fue: «Papi, mamá está durmiendo mucho». El hombre de inmediato supo que algo no estaba bien así que se trasladó a su domicilio. Al entrar a su casa, el aire parecía estar espeso, de tal grado que sentía como le golpeaba la cara.  

El tiempo se detuvo, su corazón latía más rápido de lo normal y en la recámara, donde había dejado a Mariana, estaba muerta junto a la pequeña de apenas meses de nacida. Las indicaciones de los doctores fue que la mujer tuvo una muerte súbita, y el dictamen de la pequeña fue que, se asfixió con el pecho de su madre. «Es la impresión más fuerte de toda mi vida, no sé si en algún momento pueda superarlo, las vi acostadas. Mi mujer estaba fría y mi hija violeta. En ese momento comprendí que nunca más volvería a escuchar sus voces». 

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