Ni Rosalinda Galindo ni Dorheny García ni Rafael Hernández Villalpando tuvieron necesidad de hacer campañas electorales en 2018; sólo se anotaron como candidatos y se dejaron llevar de a muertito por el efecto López Obrador. En 2018 sólo se presentaron a actos públicos con algunos militantes de Morena y con eso bastó. Pero 2021 es otra cosa, y ya se dieron cuenta. Rafael Hernández Villalpando, quien nada hizo como diputado federal, hoy quiere reelegirse. Tiene un mes haciendo campaña, pero no ha levantado. Sólo se presenta en plazas y mercados ambulantes, donde y hay gente reunida, pero no levanta.
La mañana del miércoles 5 de mayo acompañó al candidato a la presidencia municipal de Xalapa, Ricardo Ahued en sus recorridos y ahí se dio cuenta de lo que es una campaña política. A Ricardo Ahued ya lo esperaba la gente, lo buscaba, lo detenía para hablar con él.
Villalpando, como convidado de piedra, sólo escuchaba y respondía a uno que otro saludo. Lo grave del asunto es que, así como estos tres personajes nefastos, Rosalinda, Dorheny y Villalpando, se dejaron arrastrar por el efecto López Obrador, así esperan ir de arrastrados en la campaña de Ricardo Ahued.
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