A Mduduzi Nkombane no le sobra el dinero, pero tampoco le falta. Él es un trabajador más que se gana la vida con esfuerzo para poder dar lo mejor a sus dos hijos. Como padre sabe lo que es recibir la sonrisa de sus pequeños y fue así que quiso ayudar a un hombre en aprietos que no tenía dinero suficiente en el supermercado. Nkombane hacía sus compras regulares cuando se dio cuenta que en un pasillo una niña lloraba desconsolada preguntándole a su papá porque no podía tener ningún juguete y él le respondía que no tenían dinero para ello. Los hechos ocurrieron en un supermercado de África.
El padre que intentaba consolar a su hija llenaba su canasta únicamente de artículos básicos y baratos diciéndole que el dinero que tenía les iba permitir comer esa semana. Aquella escena tocó el corazón de Nkombane, así que decidió hacer algo para regalarle una sonrisa a la niña.
Cuando el padre caminaba por uno de los pasillos de alimentos, Nkombane se acercó y puso dinero en su bolsillo sin que la niña lo viera, le guiñó un ojo apuntándole a su chaqueta y el rostro del padre se iluminó en un instante con una sonrisa estupenda. Por supuesto que no era necesario explicar para qué era el dinero, así que el hombre tomó a su hija de la mano y la llevó hasta donde estaba el juguete que quería. La niña en aquel momento saltaba de la felicidad agradeciendo a su padre por darle su primera muñeca. El gesto del hombre desconocido y la felicidad de su pequeña, hizo que sus ojos se cristalizaran al grado de soltar unas cuantas lágrimas.
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