La situación política de las últimas semanas, los delitos inventados a los adversarios políticos del gobierno de Veracruz para quitárselos de encima; incluso el desafuero del gobernador de Tamaulipas, todo eso no sería necesario si el gobierno de Morena, tanto a nivel federal como estatal, estuviera cumpliendo lo que prometió. Si en verdad fueran honestos, si estuvieran combatiendo la corrupción, el nepotismo, influyentismo y todos los vicios que criticaron de los gobiernos anteriores, entonces los veracruzanos en el estado y los mexicanos en el país, estarían aplaudiendo al gobierno de la Cuarta Transformación.
Pero el caso es que el gobierno tiene datos de que los ciudadanos podrían dar la espalda a la 4T. En poco tiempo el gobierno de Morena ha mostrado que no son iguales a los gobiernos anteriores, son peores.
Por ello, el gobierno de López Obrador y de Cuitláhuac García se han visto en la necesidad de utilizar de la manera más repugnante a los poderes alternos, a las instituciones autónomas para atacar a los adversarios políticos. En el estado meten presos a los candidatos de oposición; en el país desafueran a los enemigos políticos. Así con este gobierno de cuarta.
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