El poeta estadounidense James Whitcomb Riley (1849-1916) puede haber sido el que acuñó la frase cuando escribió «cuando veo un pájaro que anda como un pato, nada como un pato y grazna como un pato, lo llamo pato». De manera que, si Benjamín Saúl Huerta es exhibido en un audio pidiendo a la madre de un menor de edad violado sexualmente, y era cliente asiduo de un hotel atrás del Monumento al a Revolución y era visto entrar con menores de edad, podemos concluir que es un depredador sexual.
Es cierto que nadie es culpable hasta que se demuestre lo contrario, y que en México la presunción de inocencia dice que nadie puede ser señalado de culpabilidad por un delito, mientras no sea juzgado. Pero mientras son peras o son manzanas, el líder de la bancada de Morena en San Lázaro, Ignacio Mier, informó que por mayoría de votos se decidió separar al diputado Benjamín Saúl Huerta y que este lunes será notificado a la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.
En otras palabras, las horas de Benjamín Huerta están contadas y tenga por seguro que pasará largo tiempo tras las rejas para mandar un mensaje a la sociedad de que, en el gobierno de la 4T, se castiga la violación con todo el peso de la ley. En otras palabras, los morenistas se curan en salud. Sin embargo, la justicia no es pareja y si no que le pregunten al Toro sin cerca, que está esperando a que le regresen la candidatura del gobierno de Guerrero. A pesar de las acusaciones de violación en su contra.
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