Manuel Jiménez Rosales, uno de los más importantes fotógrafos xalapeños

Jiménez
Una escena típica y costumbrista en la calle Enríquez fue captada por el maestro de la lente Manuel Jiménez Rosales, comercios de la época, casas que ya no existen y un sinnúmero de detalles FOTO: XALAPA ANTIGUO
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Jorge Díaz Bartolomé / Manuel Jiménez Rosales nació el 11 de agosto de 1876 en Xalapa, hijo de Manuel Jiménez, oriundo de San Luis Potosí, un entusiasta comerciante que llegó a tener una pequeña fábrica de jabón, también vendía maíz, frijol y chile seco al mayoreo; cada 15 días se trasladaba al puerto de Veracruz con sus mulas cargadas de mercancía y doña María Rosales; hermano de Julia, Mateo, Antonio, Cecilio, Porfiria y Paz. Manuel desde muy joven recibió la educación del maestro Joan Bernadet y Aguilar, quien tenía su domicilio en la actual calle Juárez, en el centro de la ciudad. Su maestro tenía los conocimientos de las fórmulas para preparar los químicos necesarios para la fotografía y los negativos, a base de “colodión”, quien aparte le enseñó a pintar al óleo, retocar y fotograbar, tareas esenciales en la elaboración de imágenes de aquellos tiempos. El primer estudio fotográfico de Manuel Jiménez se lo instaló su padre en la calle Diego Leño Nº19, pues la casa era muy grande, años después vendieron una parte de la propiedad, en donde se instaló la escuela Juventino Rosas; los hermanos de Manuel también colaboraban en la fotografía.

En 1905 Manuel Jiménez y Gertrudis Rubio se casaron, tuvieron cuatro hijos: una niña que murió al nacer, Julio Manuel, Gilberto y Manuel. En esta época laboró como fotógrafo en el gobierno de Teodoro A. Dehesa y en los talleres de zincografía, de la comisión de Ingeniería, en la “Comisión Geográfico Exploradora. Hacia finales de 1909 Manuel salió a comprar algunos artículos y no regresó. Los conflictos políticos de esos años representaban riesgos para todos los militantes o disidentes del régimen, pues eran tiempos de fusilamientos, de manera que Jiménez Rosales tuvo que huir a Veracruz puerto. Ahí le informaron que un hombre de apellido Guerra requería empleados, pues era dueño de una agencia de fotografía y un periódico; fue así que finalmente se trasladó a Mérida, Yucatán. En 1913 manuel regresa a Xalapa, solo para percatarse que su estudio fotográfico había desaparecido. Con el apoyo de algunas amistades, entre ellas la del ex gobernador Antonio A. Dehesa y su esposa, Miguel Ángel Cordera, Trinitaria Esteva, don Alfonso Caraza, y otros más, Manuel pudo montar nuevamente su estudio en los bajos de la Dirección General de Educación, desempeñándose además como fotógrafo de la revista “Ager”.

El estudio fotográfico cambió su domicilio a la calle Insurgentes y años más tarde a la calle Enríquez. A principios de los años treinta el estudio se incendió debido a un siniestro en una sastrería contigua, perdiendo material fotográfico, hubiese sido invaluable en nuestros días. El propietario alcanzó a recuperar dos cámaras que estuvieron expuestas en el desaparecido Museo de Ciencia y Tecnología y su destino es incierto. Aparte de los daños materiales, Manuel sufrió quemaduras que fueron mermando su condición, aunado al padecimiento de diabetes. Finalmente por recomendación de los médicos, Manuel se trasladó al puerto de Veracruz donde laboró en el departamento de retrograbado en el periódico “El Dictamen” por un corto periodo; los hijos lo convencieron que regresará a Xalapa. Manuel murió en Xalapa el 14 de junio de 1933, a la edad de 47 años.

Hoy en día, el legado fotográfico de Manuel Jiménez Rosales es de los más importantes de Xalapa, aún sabiendo que gran parte del acervo fotográfico se quemó en un incendio. Hoy forma parte de la memoria gráfica de la capital del estado. Xalapa Antiguo le rinde un homenaje.

 

Referencia: Xalapa: Legado fotográfico de Manuel Jiménez Rosales, pp 2, 3 y 4, Instituto Veracruzano de la Cultura, 2011.

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Comentarios

  1. Yo soy la bisnieta de Manuel Jiménez Rosales. La información que pone Díaz Bartolomé tiene datos erróneos. El libro lo escribimos mi esposo y yo y nunca decimos que mi abuelo haya rescatado cámaras del museo de Ciencia y Tecnología. Él murió a principios de siglo XX. Y el museo no existía

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