El artículo 97 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos dice a la letra: «Cada cuatro años el pleno elegirá de entre sus miembros al Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el cual no podrá ser reelecto para el periodo inmediato posterior». Entonces, ¿cómo podría conseguir el presidente de México otorgar dos años de gracia al actual presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Saldívar.
La mayoría de Morena en el Senado, junto con sus aliados, ha aprobado una iniciativa para ampliar el periodo de Arturo Zaldívar al frente de la SCJN. Esto ha desatado una fuerte controversia ante lo que parece ser un soborno para el presidente de la SCJN, un bono para que en adelante el ministro Saldívar se ponga a las órdenes de López Obrador.
Magistrados y jueces esperan que Arturo Saldívar tenga la suficiente dignidad para no aceptar ese “soborno”; sin embargo, muchos especulan que AMLO no se habría atrevido a tanto sino hubieres hablado antes con el presidente de la SCJN. Este tipo de acciones desnudan las verdaderas intenciones de un presidente que se dice demócrata, pero que en realidad desnudo muestra la piel de un tirano, de un dictador.
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