Sin compasión, sin miramientos y en muchas ocasiones sin escrúpulos, así se dará la campaña para poder conquistar la mayoría simple o absoluta en el Congreso Federal. Andrés Manuel López Obrador sabe que, sin la llave del legislativo, su proyecto de nación sencillamente pasará a mejor vida. Sabe que sus reformas constitucionales chocarán contra un muro opositor que no podrán pasar. Por eso hace uso de estrategias clientelares y, desde antes, de acuerdo a su estilo descalifica al INE como árbitro electoral.
Para la oposición sería una victoria que les permitiría tener mayor participación e injerencia en la vida pública del país y les daría mayor fortaleza en sus estructuras partidistas para las elecciones del 2024. De entrada, desde el primer minuto de este domingo 4 de abril, los mexicanos serán bombardeados por 19.5 millones spots repartidos en 18 horas diarias.
Desafortunadamente, todo apunta a una serie de descalificaciones mutuas donde las propuestas quedarán segundo término. Esas son las características principales de hacer campaña en México por un puesto de elección popular. La descalificación del contrincante es la principal.
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