“Me dijo que siguiese sola y que me cuidase”, contó la pequeña. Del sujeto que se haría cargo de la menor no se sabe nada, únicamente la menor cuenta que el sujeto de repente se perdió y ella solita continuó. Al llegar a la frontera, a un paso de estar en los Estados Unidos, la niña se entregó a la aduana en donde la recogieron y la instalaron en un asilo para menores migrantes.
Tras el caso de la niña de siete años se empezó hacer una investigación pues resulta que últimamente muchos de los migrantes que llegan a pisar la frontera, son menores de edad. En una entrevista una persona adulta, también migrante hizo un comentario que dio luz sobre esta situación:
“Los padres de mi tierra dicen ‘nosotros no podemos cruzar. Hay que ser realistas. Pero si mandamos al niño al puente y cruzan solos, tendrán que recibirlos’”. El enviar menores de edad a cruzar la frontera ahora es una nueva táctica para las personas de Centroamérica, para las personas que buscan el sueño americano.
